Nuestra historia
Todo comenzó en un pequeño local del centro de Elche, cuando en 2011 abrimos nuestras puertas como una cafetería familiar. Frente a un colegio, nuestra intención era ofrecer un servicio sencillo pero cuidado: buen café, buenas tostadas, jamón al corte, tortillas de patatas recién hechas y, sobre todo, un trato cercano y amable. Esa cercanía pronto se ganó la simpatía de los vecinos y clientes, muchos de los cuales no tardaron en convertirse en habituales… y con el tiempo, en amigos.
Con los años fuimos evolucionando. Empezamos a experimentar con pequeñas tapas para acompañar las bebidas y la respuesta fue tan positiva que poco a poco dejamos de ser solo una cafetería. La carta fue creciendo, incorporando raciones para compartir, montaditos y platos inspirados en la cocina mediterránea tradicional. La acogida fue tan buena que en 2015 decidimos dar un paso más: adquirimos el local contiguo y lo reformamos por completo, creando un nuevo salón con una decoración acogedora, inspirada en la Elche Antigua. Un homenaje a nuestra ciudad, a sus raíces, su historia y su identidad.
Hoy, aquella pequeña cafetería ha dado paso a un restaurante consolidado, un punto de encuentro para quienes buscan tapas caseras, montaditos con sabor y platos elaborados con mimo. Mantenemos un ambiente familiar y cercano, conservando el espíritu con el que empezamos: ofrecer calidad, buen trato y una cocina hecha desde el corazón.
Y detrás de todo esto estamos nosotros: Dani y Nuria, un matrimonio Ilicitano que comenzó este proyecto con mucha ilusión y que, a día de hoy, sigue al frente con el mismo cariño y compromiso de siempre.






